Ya no puedo decir eso de que nunca he tenido plagas salvo las visitas de los pájaros, desde la semana pasada tengo entablada una batalla con unos animales un tanto babosos. Supongo que los huevos o quizás algún ejemplar joven vendrían en alguna de las plantas que han llegado recientemente a casa.
El primer síntoma fue notar por las mañanas unos rastros brillantes en algunas de las macetas y en las bolas de hanagokoro.
El jueves pasado vino Anibal a hacerme una visita y también se dió cuenta, cuando examinabamos un jazmín de tamaño minúsculo que me había regalado él hace unas semanas, afirmó sin dudarlo un segundo: "Tienes babosas", eso bastó para confirmar mis sospechas, pensé en utilizar la cerveza, ya sabéis, ponerles unos recipientes, se meten a beber y se ahogan, pero Aníbal que ha pasado por todas las plagas conocidas me explicó que a él le había funcionado poner cascaras de naranja repartidas por las baldas y las macetas. Dicho y hecho, el mismo jueves de postre no dí elección y todo el mundo tomó de postre naranjas.
Esa primera noche salí en tres ocasiones armada con una linterna y encontré bastantes, pequeñas y alguna de unos 3 cms.
El viernes cuando acabó mi jornada laboral me dediqué a buscar información y en varias páginas encontré que el cobre actuaba como repelente, pensé que me iba a salir caro rodear todos los árboles con cobre pero esa noche en las pieles de naranja encontré uná cantidad bastante maja de diminutas babosas, cuando me levanté el sábado antes de hacer otra cosa empecé a poner alrededor de los troncos alambre de cobre, usé los restos que van quedando del alambrado.
El primer síntoma fue notar por las mañanas unos rastros brillantes en algunas de las macetas y en las bolas de hanagokoro.
El jueves pasado vino Anibal a hacerme una visita y también se dió cuenta, cuando examinabamos un jazmín de tamaño minúsculo que me había regalado él hace unas semanas, afirmó sin dudarlo un segundo: "Tienes babosas", eso bastó para confirmar mis sospechas, pensé en utilizar la cerveza, ya sabéis, ponerles unos recipientes, se meten a beber y se ahogan, pero Aníbal que ha pasado por todas las plagas conocidas me explicó que a él le había funcionado poner cascaras de naranja repartidas por las baldas y las macetas. Dicho y hecho, el mismo jueves de postre no dí elección y todo el mundo tomó de postre naranjas.
Esa primera noche salí en tres ocasiones armada con una linterna y encontré bastantes, pequeñas y alguna de unos 3 cms.
El viernes cuando acabó mi jornada laboral me dediqué a buscar información y en varias páginas encontré que el cobre actuaba como repelente, pensé que me iba a salir caro rodear todos los árboles con cobre pero esa noche en las pieles de naranja encontré uná cantidad bastante maja de diminutas babosas, cuando me levanté el sábado antes de hacer otra cosa empecé a poner alrededor de los troncos alambre de cobre, usé los restos que van quedando del alambrado.
Como veis, he probado algo más, resultado de mis lecturas cuando fuimos el sábado a primera hora a hacer la compra semanal aproveché y compré un producto de Compo.
Es un granulado azul, comentándolo a la tarde en la asociación con Ana, mientras nos tomábamos el café previo a la reunión, me dijo que ella también lo usa y que se podía poner incluso por el suelo y las baldas así que el domingo me puse a ello.
Desde que he puesto el granulado ha disminuido el número, de hecho esta noche he salido dos veces y no he encontrado ninguna, y al amanecer tampoco, pero viendo los tiempos de incubación de los huevos que pueden ir de 2 semanas a 3 meses en función de la temperatura, seguiré usándolo una temporada.
Es curioso porque solo han aparecido en una zona, que no llega ni a una cuarta parte de la terraza, será coincidencia pero quizás es que están juntos todos los árboles que les gustan. De todas formas las medidas las he tomado en toda la terraza y en todas las macetas.
Un abrazo
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